Soy Vero Mansilla
Mentora de Comunicación y Negocios y tu co-piloto en el viaje que decidas que emprendamos juntas
Los títulos dice que soy Licenciada en Comunicación Social y Marketing, Mentora de marcas y negocios, Coach Creativa, Especialista en Estrategias de Comunicación y CEO de Red Comunicaciones®.
Si me preguntan quien soy me defino como una humana atravesada por emociones en donde habitan en mi palabras como: creatividad, compromiso, empatía, escucha, amor, y sensibilidad (siempre cuento que lloro hasta con los simpsons).
Claro que también vienen de visita los miedos, la ansiedad, mi hiper autoexigencia, exceso de control, el perfeccionismo y muchas veces mi forma de vincularme con las personas desde la confianza y entrega hace que sea vulnerable.
En diseño humano soy Generadora, creo en el poder de hacer “red”, de rodearnos de personas que formen parte de nuestro “botiquín emocional” como también en que no existe una sola manera de hacer las cosas (podés hacer tu negocio como se te cante).
Mi pasión por viajar y por la comunicación me convirtieron en una “Pasajera Frecuente” y el concepto de viaje se convirtió en el hilo conductor que atraviesa todo mi negocio. Dicen que no somos las mismas personas cuando iniciamos un viaje que cuando volvemos y así es como pienso en el paso por cada uno de mis servicios.
Creo que la mejor manera de vender es conectar con la persona creando la mejor experiencia desde el momento cero en que nos contacta, poder escuchar activamente e interpretar eso que necesita para ofrecerle eso que sabemos que es lo mejor en la etapa en la que se encuentre.
Con el mix entre mi formación en Comunicación y Negocios Digitales, mi experiencia de más de 13 años en ventas y mi pasión creativa por convertir servicios en experiencias inmersivas, creé Red Comunicaciones ®.
En primer momento nació como un espacio para ayudar a personas a comunicar a través de su contenido, y con el tiempo fue mutando con un propósito mucho más profundo: Ayudar a mujeres dueñas de negocio a aumentar sus ventas estratégicamente conectando con eso que las enciende y encontrando su propia forma de comunicar y vender, fuera de recetas ni de “paso a paso” mágicos.
Hoy coexisten dos líneas de negocio:
❤️ Las mentorías, programas grupales, eventos presenciales y retiros que amo facilitar.
❤️ Red Comunicaciones en el que junto con mi equipo desarrollamos estrategias de comunicación y contenido.
¿Cuál es mi historia?
A los 4 años tuve mi primera experiencia con la comunicación y fue en una sala de jardín en la que no me animaba a hablar porque me moría de verguenza. Una de las tardes antes que terminara la clase, la timidez como mejor amiga y el miedo a decir en voz alta que quería ir al baño hicieron que mis compañeros tuvieran la obra del día: Me hice pis encima.
Cuando mi mamá me fue a buscar lo primero que me dijo fue: ¿Por qué no hablaste? (primera creencia, que sin saberlo, se instalaría en mi cabeza).
Con el correr del tiempo la timidez y mis cachetes colorados fueron afianzando su amistad conmigo y me acompañaron a lo largo de mi crecimiento, haciendo que mi voz quedara en segundo plano, (me llevaba mucho mejor con el lapiz y el papel).
El día que decidí estudiar Comunicación Social, la cara de sorpresa de mi familia fue tal que las primeras palabras que escuché fueron: ¿Cómo vas a estudiar esa carrera si no sabés/podés hablar? (creencia reforzada) y aún sabiendo que parte de lo que me decían era verdad porque no podía sostener una discusión sin llorar (pues humana atravesada por emociones) fue la primera decisión adulta que tomé: Lo hice igual. Seguramente para demostrar/demostrarme que podía hacerlo.
¿Qué ves cuando te ves?
¿Qué historia te estás contando?
Durante la tesis, entré a trabajar en una empresa de servicios en la que estuve 13 años y la que en poquitos meses me desafió a desarrollar lo que nunca imaginé que sería uno de mis puntos más fuertes: Las ventas. Hablar con las personas, agudizar mi escucha activa, interpretar lo que necesitan y traducirlo en la mejor propuesta para ayudarlos. Ahí descubrí no sólo que amaba hacerlo sino que me sentía como pez en el agua.
Aprendí todo lo que sé de ventas, gestión de negocio, liderazgo, sistematización de procesos, metodología de trabajo, gestión de tiempo, y si bien ponía en práctica la comunicación todos los días, de alguna manera sentía que mi creatividad estaba como enjaulada, me volvía gris de a poquito, me faltaba algo…
Después de un gran NO que me dieron en mi trabajo sobre desarrollar el área de comunicación en la empresa, entendí que mi lugar quizás no iba a ser ese y una de mis compañeras y amigas literal me acompañó casi a punta de pistola a anotarme en las diplomaturas de Marketing digital y ahí comenzó todo…
Empecé a desarrollar mi marca, tuve mis primeros clientes, y durante 3 años y medio tuve mi corazón dividido en dos: Mi trabajo en relación de dependencia y Red Comunicaciones, la marca que creé.
Luego de un proceso de desarrollo personal muy profundo, de trabajar mis miedos e inseguridades, de dejar mi “trabajo estable” para lanzarme a lo desconocido pero a eso que me encendía, me animé a dar el gran salto, renuncié a la empresa para dedicarme 100% a mi negocio, a los 6 meses no sólo había formado equipo, sino que pasó algo que no me esperaba: ¿Te acordás que te conté que cuando estaba en la facu soñaba con redactar para ese diario reconocido de Córdoba? ese objetivo de alguna manera se materializó a través de una colega, pero desde mi expertise actual: empecé a diseñar estrategias de comunicación para grandes marcas clientas de este diario, entrando a “las grandes ligas”.
Un año después de vivir exclusivamente de mi negocio, traspasé las fronteras para ayudar a mujeres de diferentes partes del mundo a intervenir sus negocios, acompañarlas durante el proceso, guiarlas en la búsqueda de su propia forma de comunicar y vender, llenando sus servicios de experiencias transformadoras e inmersivas para que puedan impactar en sus clientes y se conviertan en “recomendadores seriales”.
REMINDER
Si la niña de jardín que le daba verguenza hablar, pudo crear su negocio de comunicación, vos también podés hacer lo que te propongas
A la fecha, en mi escritorio hay dos frasquitos del amor y más de 500 corazones dentro.
El tener un momento para frenar, mirar el camino recorrido, dimensionar mis logros y aprendizajes y honrar a las personas que confiaron en mi, tiene un poder simbólico enorme y es algo que me encanta poner en mi espacio “rosita” de la agenda (aclaración: los espacios rosita son esos momentos para mi misma)